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La oportunidad de expresión permite que este período de la vida sea otro momento
más para el gozo y la alegría. El trabajo con mandalas mejora la atención, agiliza
la producción de ideas, modifica la concentración y la memoria, aquieta los
temores, pone en movimiento la creatividad. Estos cambios inciden en la socialización
y en la comunicación, en la regulación del sueño y la vigilia, en el humor,
en la tolerancia al dolor y en la disminución de las quejas.
Coordinadoras:
Licenciadas Susana
Galperin y Ana
Inés de Avruj.
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